Amigo mío, que siempre estuviste ahí esperando, rogando al cielo por que te ayudara, perdóname, por que no es sino hasta hoy que logro entender cuanto me necesitabas, cuanto te urgía un abrazo fuerte que hiciera que todas tus penas se disiparan.
Amigo mío perdóname por no ser lo suficientemente fuerte para cargarte en mis brazos y llevarte a descansar a tu lugar favorito y mas bien me fui de tu lado y te deje solo.
Viejo amigo, que cuando lloraste lo hiciste solo escondido en un rincón, cuando te asfixiabas no tuviste quien te liberará para respirar y ser libre, que te encadenaste a una realidad cuando yo podía ayudarte a escapar.
Viejo amigo, perdóname por no estar ahí cuando la vida te rompía el corazón a pedazos y mas bien me fui a divertir con lo demás, perdóname por dejarte ahí con hambre y con frío cuando yo podía abrazarte y alimentarte.
Amigo mío, que me mirabas por la ventana gritando por ayuda, que mirabas como todo a tu alrededor se desmoronaba, cuando aquel traje se apoderaba de ti, sabiendo que yo podría ir en tu ayuda y pintarte una sonrisa en la cara que no fuera falsa.
Amigo mío, perdóname por las largas noches en vela, por los interminables sueños donde te refugiabas buscando consuelo aun sabiendo que te despertarías al día siguiente a vivir tu pesadilla.
Viejo amigo, espero que me perdones por haber sido tan duro contigo, por no haber entendido a tiempo que te debo la vida, que sin ti no podría ser quien soy y que pude haber yo hecho más por ti.
