viernes, 22 de diciembre de 2017

Borges y nada más… el resto la selva.

Es imposible mencionar a Borges sin sonrojarse. Lo digo porque hablar del ser humano que a mi concepto es la persona más brillante que ha dado toda la historia de la humanidad no permite más que excusarse. 

Representa la máxima expresión de sabiduría y conocimiento plasmados no solo en sus libros si no en cada palabra que por ahí le escucho en cada entrevista que gracias a la tecnología quedo grabada para que personas como yo, deseosos de conocimiento, pudiéramos admirarlo. Otras veces, la mayoría, tan siquiera le comprendo. Pero trato.

Siempre se ha dicho que todos los caminos conducen a Roma pero yo más bien pensaría que todos conducen a Borges. Basta con ver la biografía de grandes autores tan dispares como Lovecraft, Paz, Joyce, o temas como el Budismo, el fútbol, la democracia para darse cuenta que Borges tiene una opinión robusta y casi absoluta, y digo casi porque las verdades absolutas no existen, sobre un tema en el cual mentes no tan privilegiadas como la mía terminamos dándole razón y se convierte uno en un discípulo de su filosofía de vida. Yo siempre me pregunto si existe algo que Borges no sabía. Aun no lo sé.

Y luego su sencillez, su humildad aun cuando estoy seguro que él se reconocía dada su inteligencia como un sabio, hacen más grande su leyenda en un declarado anti intelectual como él.

Los seres humanos siempre conversamos en torno a tres temas: Fútbol, política y religión, por fáciles y por cotidianos. Yo era uno más de esos, los típicos que aburren en las barras de los bares o en los almuerzos de trabajo. Borges me enseño a ir más allá, a expandir mis conocimientos. De fútbol aprendí con el que en realidad no nos gusta el fútbol nos gusta un equipo de fútbol. De democracia aprendí que no es más que un abuso de la estadística y de religión que lo más importante es la ética por encima de cualquier tipo de religión. Si somos eticos, tenemos asegurados el paraíso, sea cual fuese. El de algunos puede ser la paz interior. Yo soy uno de esos.


En fin, si utilizase la degradación irónica que tanto le gustaba a Borges, aseguraría que estas líneas fueron escritas por él. 

Borges y nada más...



Diego Demora

1 comentario:

  1. Leyendo su post pensaba puta todo eso es tan cierto, la universalidad de Borges es indiscutible, claro que tendrá detractores, todos lo tenemos pero no todos somos Borges, como decía Cabral no pinta quien tiene ganas, sino quien sabe pintar.

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