El dorado era un champú
La virtud unos brazos en cruz
El pecado una
página web
En Macondo comprendí
Que al lugar donde has sido feliz
No debieras tratar de volver
Glu, glu, glu. La vida en un eterno glu, glu
glu. Tomar agua en un eterno glu, glu, glu. La vida es eterna en un glu, glu,
glu.
Los días y sus noches eran siempre la misma, me
dejaba llevar por la marea y que ella fuese quien se encargara de determinar de
que me alimentaria ese día. Hasta hoy, nunca había pensado que había adoptado
ese estilo de vida que me resultaba confortable y relajante pues las
preocupaciones eran menos, y los días se pasaban mas rápido. Pero hoy era
diferente.
Cuando nací, seguí los consejos de mis padres,
me bautizaron en sal, me instruyeron que comer, mas no como sobrevivir.
Sobrevivir, que palabra tan compleja a mi entender. Vivir por encima de mis
posibilidades eso entendía. Y eso he estado haciendo y si estoy acá es que lo
he logrado. Mas la rutina de los días consume las pocas energías que quería
gastar. ¿Tenia sentido?, por supuesto que no.
Ya lo había intentado todo: Brincar a la
superficie, chocar contra una roca, hasta incluso atragantarme con un cangrejo
de gran tamaño. Pero nada funcionaba. O en el fondo no quería que funcionara.
Pero llego el bote de mi salvación, ahí había gente feliz, que brincaba y
saltaba, ¿Por que no acompañarlos?. Eso si era supervivencia.
Fue entonces cuando me sentí mas débil, mis
ojos se cerraban mientras lo poco que podía ver era como aquellos intensos
colores que brotaban de mis escamas se iban tornando obscuros. No sabia que mis
agallas no servirían acá, ocupaba pulmones, me falta el aire en medio de tanta
abundancia de el.
No creí que fuese asi, pero…
Diego Demora
Mae que rajado. Que será de ti lejos de casa.
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