Carta N°3

Luego de graduarme del colegio, empecé a trabajar en el Hospital San Juan de Dios luego de un paso fugaz por la universidad interamericana donde no terminé ni un cuatrimestre por falta de pago, a los pocos meses renuncié del hospital y el suegro de mi hermano me consiguió un trabajo en la cervecería. 

Empecé en limpieza era uno de los mejores miscelaneos, en aquellos tiempos trabajar en la cervecería era todo un lujo, ya para ese tiempo cursaba en la UNED administración, al cabo de un tiempo me gradué, me promovieron a contabilidad y ahora soy director de riesgo, tengo 36 años durante todo este tiempo me he dedicado a escalar en la compañía, engañando, haciendo trampa, pasandole por encima a la gente, manipulando, además soy alcoholico, una vez amé a una mujer, pero mi misma forma de ser hizo que destruyera todo. 

Mi vida se desarrolla entre los lujos de mi puesto y la ventaja que saco de ello, utilizo a las mujeres a mi antojo y soy un ser despreciable, me dedico a contar las intimidades de cada una de ellas con los demás ejecutivos pero al final regreso a mi departamento solo y acabo siempre con una botella de ron en la mano. desde que murió mi abuela no soy el mismo, mi papa murió hace 8 años, veo regularmente a mi familia, los quiero mucho, trato de ayudarlos economicamente en todo, los veo felices son muy sencillos, hasta pareciera que el dinero no es la felicidad, yo con el dinero compro todo hasta el amor, ahora mismo entró a trabajar un bombon de 19 años, será mi proxima victima. 

A veces me siento solo, no soy una buena persona, he vivido una fantasía, le he hecho daño a mucha gente, siento que he perdido todo por dentro me he convertido en un ser obscuro.