Tras pastizales de sueños
Tejían entre juegos su futuro
Inocentes infantes de carmín
Vagan los recuerdos de dos niños
Hechizados por un viejo conjuro
Imaginando uno ser un gran espadachín
Esculpiendo la obra maestra
De una escultura sin absolución
Olvidada en un macabro madero
Jugaban día y noche en la palestra
Entonando siempre la misma canción
Imaginando el otro ser un gran escudero
Asi los dos irían moribundos por la
vida
Tras la eterna guerra del no vivir
Ufanos de su singular ufanidad
Tas vanvalinas y mascaras perdidas
Del viejo teadro que los vio parir
Un dia partieron con rumbo a la
soledad
Encontraron caminos harapientos
Y rincones de Dioses de dolor
Que convirtieron su predestinada
dicha, en maldición
Entre humos de desdichas y
arrepientos
Entre ceniza, alcohol y sudor
Siempre los hallaras llorando
juntos, tejedores de ilusion
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